Los Emiratos permiten a las empresas internacionales disponer libremente de sus activos sin obligaciones fiscales por transacciones de capital. Además, los inversores extranjeros pueden contar con una repatriación del 100% de las ganancias o el retorno de capitales extranjeros para invertir en el país de origen.
La política fiscal es una parte atractiva del negocio en Dubái: prácticamente no hay impuestos sobre dividendos ni pagos de ingresos en el país. Solo existe un impuesto al valor agregado del 5% sobre los ingresos, que es indirecto. A partir de 2023, las empresas con una ganancia anual superior a 100,000 dólares estadounidenses, obtenida en territorio de los Emiratos Árabes Unidos, estarán obligadas a pagar un impuesto sobre la renta del 9%.
Las exenciones fiscales para expatriados se logran a través de acuerdos de doble imposición, protección de inversiones y libre comercio, así como la membresía en la Asociación Internacional de Libre Comercio GAFTA y la Organización Mundial del Comercio.
Dubái es especialmente atractivo para la reubicación también porque cuenta con:
- un amplio mercado de consumidores que permite crear un negocio desde cero o ampliar la base de clientes de una empresa existente.
- estabilidad en el sector bancario, que incluye una tasa de cambio de moneda estable y garantía de confidencialidad de la información del cliente.
- aranceles aduaneros bajos que permiten realizar operaciones de importación y exportación de manera rentable, ya que la tarifa estándar para un grupo de productos es del 5% y está exenta en caso de reexportación.
- oportunidades adicionales para empresas de tecnología de la información, facilitadas por las inversiones activas del gobierno estatal, lo que facilita la creación de negocios en los Emiratos Árabes Unidos.